Los más viejos de la provincia recuerdan aun las terribles consecuencias del terremoto de Granada del año 1956, y tal vez algunos conserven en su memoria lo que los mayores les contaron sobre el seísmo de 1884. Dos cataclismos que se cobraron muchas víctimas y grandes destrozos. Por eso, cada año en Navidad los granadinos agradecen a su patrona, la virgen de las Angustias, que les haya librado un año más de estas desgracias.
Como marca la tradición, cada 26 de diciembre miembros de la corporación municipal bajo mazas desfilan al mediodía desde la plaza del Carmen, donde se encuentra la sede el Ayuntamiento, hasta la basílica de las Angustias. Allí se celebra una misa para renovar el voto.
El desfile está lleno de emotividad y espectáculo, y forma ya parte de las tradiciones navideñas de Granada. La corporación municipal marcha custodiada por cuatro maceros vestidos con ropas de terciopelo y damasco carmesí, pertrechados con mazas de plata y escoltados por cuatro policías locales vestidos de gala. La música la pone la banda municipal.
El terremoto registrado en 1884 tuvo su epicentro en la el municipio de Alhama el 25 de diciembre de ese año, causando más de 800 muertos y 1.500 heridos, y arrasando literalmente los municipios como Güevéjar y Santa Cruz del Comercio. Una de las navidades más tristes que se recuerdan.
El de 1956 se produjo en abril en el municipio de Albolote. Las poblaciones de Atarfe y Albolote quedaron arruinadas y resultaron muy afectadas Santa Fe, Maracena y algunos barrios de Granada capital.