No se puede viajar a Granada sin desplazarse hasta la cercana localidad de Santa Fe y comprar unos deliciosos piononos. Quien los ha probado lo sabe.
El pionono es un pastel de tamaño pequeño que se compone de dos partes, una fina lámina de bizcocho enrollado formando un cilindro, emborrachado con algún tipo de líquido muy dulce que le da una textura agradable y fresca, y coronado con crema tostada.
Según la leyenda, su nombre fue dado en honor al papa Pío IX («Pio Nono» según la pronunciación en italiano del nombre), en el año 1897, nueve años después de su muerte. Sin embargo, hay constancia de que esta delicia ya se venía elaborando años atrás en la mítica pastelería de Ceferino Isla, quien por otro parte era un ferviente admirador del Santo Padre.
El pionono es muy famoso entre los granadinos y los andaluces en general, pero fuera de la región estos pastelitos apenas se conocen. Los cánones mandan que el pionono se debe comer de uno o dos bocados, acompañado de un buen café.
Posiblemente se trate de un dulce de origen morisco. Sin embargo, el nombre sí podría proceder de Isla, quien admiraba profundamente de Papa Pío IX por haber declarado el dogma de la Inmaculada Concepción. Actualmente, los piononos elaborados por la casa Isla, descendientes de Ceferino, son muy apreciados en Granada.
Aunque se pueden comprar y degustar en otros puntos de la provincia y en casi todas las pastelerías de la ciudad, es en Santa Fe donde se encuentran los genuinos piononos y donde más sabrosos los encontraremos. Un placer que no puedes pasar por alto en tu viaje a Granada.