No solo la Alhambra, yoda la ciudad de Granada está salpicada de vestigios y huellas de la larguísima dominación árabe, en especial de la época nazarí. Una de las más bellas está en pleno centro: es la Puerta de Elvira o Arco de Elvira que en su día fue el principal acceso a la ciudad.
Su nombre original árabe es bab-Ilvira, y data del siglo XI, cuando los sultanes ziríes ordenaron su construcción en una determinada sección de la muralla que rodeaba la medina.
Sin embargo, el aspecto majestuoso que hoy podemos admirar es fruto de diferentes modificaciones recibidas a lo largo de sus casi mil años de historia, en especial la que emprendiera el sultán Yusuf I, convirtiéndola en una fortaleza autónoma con cuatro torres y dos puertas que comunicaban con la cuesta de la Alhacaba y la calle de Elvira.
Los elementos más significativos del Arco de Elvira y que más llaman la atención de los que visitan Granada son, por una parte, el color rojo de sus ladrillos y por otra el formidable arco de herradura, parecido a los que podemos encontrar en otros lugares de la ciudad como la Puerta de la Justicia y la Puerta de la Rambla.
La Puerta de Elvira fue declarada Monumento Histórico Artístico en el año 1896. Se trata de un excepcional legado de los momentos más brillantes de la arquitectura militar hispanomusulmana en la ciudad que no podemos dejar de visitar en nuestro viaje a Granada.