La seductora belleza y la misteriosa simbología que encierran el palacio y los jardines de la Alhambra de Granada han inspirado a lo largo de los siglos a numerosos poetas y autores. Desde los rapsodas moriscos hasta los actuales escritores en árabe de nuestros días.
Según estudios recientes el palacio rojo de los nazaríes aparece citado en más de 2.000 documentos literarios e históricos de todo tipo desde el siglo XV hasta la actualidad. Algunos ilustres ejemplos son las obras del autor libanés Amin Maalouf en su novela «León el Africano» o las de Al-Bayati y Qabbani. En todas hay un lugar común: la identificación de la Alhambra como el punto culminante de la cultura y el poder del Al-Andalus, cuando florecieron las ciencias y las artes como en ninguna otra época de la historia de la civilización árabe.
Otros ejemplos, de interesante lectura para quienes quieran profundizar en el mito y la historia de la Alhambra: la trilogía granadina de la autora egipcia Radwa Ashur, el «Viaje por España» de Husain Munis, el Romancero de Abenámar, o los relatos desde la óptica cristiana de los primeros viajeros italianos como Andrea Navagero.
Ya en épocas recientes hay que citar obras famosas como los «Cuentos de Granada» de Washington Irving, o las menciones que Paulo Coelho hace al palacio en su conocida novela «El Alquimista».
Leyendo todas estas obras llegamos a la conclusión de que la Alhambra es un símbolo universal para los árabes y no árabes de la convivencia entre ambas culturas, si bien para los primeros se trata del icono más representativa de un pasado esplendoroso.