A los pies de la Alhambra y a la orilla del río Darro, se encuentra uno de los rincones más especiales de Granada: el Paseo de los Tristes, que toma su curioso nombre de los cortejos fúnebres que pasaban por aquí antes de subir al cementerio, aunque también es conocido como Paseo del Padre Manjón, en honor al religioso que fundó una escuela para niños pobres en el Sacromonte.
Esta plaza es hoy uno de los lugares más animados de la ciudad, tradicional punto de encuentro de muchos granadinos para irse de compras o salir de tapas. La plaza y la fuente original fueron construidas en el año 1609. Antiguamente se celebraban aquí grandes fiestas populares durante las cuales se cubría el cauce del río con tablas para formar un escenario donde celebrar corridas de toros, juegos y obras de teatro.
El Paseo de los Tristes es, a pesar de su nombre, un lugar alegre y muy animado. Toda la plaza se encuentra rodeada de bares y restaurantes, siempre llena de gente y una atmósfera agradable.
Si hay un momento especialmente recomendable para acercarse al Paseo de los Tristes ese es sin duda el atardecer, cuando se obtienen maravillosas vistas de La Alhambra con una luz rosada muy especial desde uno de los numerosos veladores que ocupan este popular espacio. Una imagen inmortalizada por numerosos artistas y cantada por los poetas.
El Paseo de los Tristes es por tanto un hito imprescindible para las parejas que han elegido Granada como destino de una escapada romántica. Un lugar para divertirse pero también para soñar.