Cuando visitamos la Alhambra de Granada muchas veces nos cegamos con la belleza y majestuosidad de sus grandes patios y estancias más famosas ignorando involuntariamente otras tan importantes como por ejemplo el Mexuar, la sala más antigua de todo el palacio que en su época árabe sirvió como sala de audiencia y tribunal de justicia para casos importantes.
En su disposición original el Mexuar constaba de una cámara elevada cerrada por celosías. Allí era donde el sultán se sentaba para escuchar todo lo que se decía en la sala sin ser visto. No existían las ventanas laterales y el techo estaba abierto en su parte central para permitir la entrada de luz natural.
Al fondo se encuentra una pequeña habitación, que servía de oratorio. Una estancia pequeña y deliciosa desde la cual se obtienen maravillosas vistas del barrio del Albaicín. Para cumplir debidamente su función religiosa se encuentra orientado de forma diferente a la muralla. Tras la conquista cristiana el oratorio pasó a ser una capilla.
La puerta falsa del Mexuar
El Patio del Mexuar o Patio del Cuarto Dorado es un espacio cerrado anexo al Mexuar. Lo más llamativo de esta estancia es el techo elaborado con madera de cedro y decorado con ornamentos de piñas y conchas. Las pinturas góticas y escudos y emblemas de los Reyes Católicos que se ven son posteriores.
Como curiosidad final hay que destacar que el Patio del Mexuar tiene dos puertas, una que conduce al palacio oficial y otra que no conduce a ningún lugar, con el objetivo de confundir a los asaltantes y ladrones.
Ya sabes, la próxima vez que visites el palacio rojo nazarí, presta un poco de atención al Mexuar, uno de los espacios menos conocidos de la Alhambra de Granada y sin embargo fascinante y lleno de historia.