Después de más de cuatro años de ausencia, en los que soberbios leones de mármol de La Alhambra han sido restaurados y pulidos y el sistema hidráulico ha sido completamente renovado, el Patio de los Leones recupera las estatuas a las que debe su nombre, que soportan sobre sus lomos la famosa fuente del palacio nazarí.
De modo que el mármol blanco de Macael, que emplearon los escultores del siglo XIV para dar forma a los leones, vuelve a brillar de nuevo ante los ojos de los visitantes. Tras la restauración podremos comprobar el fino trabajo de cada escultura, con rostros diferentes, seis machos y seis hembras, una obra maestra.
El Patio de los Leones era y es un hermoso espacio palaciego que pretendía representar el Paraíso: un oasis de palmeras que rodean un inagotable manantial que maravillaba y sigue maravillando a todos cuantos visitan La Alhambra: las esbeltas columnas imitan al tronco de las palmeras y están rematadas de sofisticados y complejos mocárabes.
La restauración de las doce esculturas de los leones ha eliminado gruesas costras calcáreas que las recubrían ha detenido la invasión de elementos biológicos, ha consolidado roturas de diverso origen, y ha permitido retirar elementos metálicos y adherencias acumuladas a lo largo del tiempo y muy perjudiciales como el cemento. Además, ha proporcionado valiosa información de cara a la interpretación artística, histórica y simbólica del conjunto nazarí.
Volver a contemplar el Patio de los Leones en todo su esplendor, una gran noticia para los que viajen a Granada.